AERE PERENNIUS

Entrevista con el poeta Manuel Peláez



10 de julio de 2010

Manuel Peláez es un joven poeta nacido en Zaragoza en 1978 y residente en París desde 2004. Su primer poemario, titulado Standards and Benchmarks, ha sido publicado en febrero de 2010 como recompensa por su accésit obtenido en la sexta edición del Premio de Poesía Delegación del Gobierno en Aragón.





Retrato del poeta como superhéroe (fotografía de Pablo García Canga)



Hola Manuel, ponte cómodo mientras me sirvo un saint-estèphe… ¿te pongo lo mismo o prefieres un cariñena o un somontano?

Ponme lo mismo que tú, confío en tus gustos.



Bueno, parece ser que acaba de ver la luz tu primer compendio de poemas, ¿has esperado mucho antes de ser publicado?

Publicar siempre es difícil, sobre todo cuando uno no conoce a nadie o a casi nadie, como es mi caso. Cuando me presenté a este premio tuve, por primera vez, la sensación de tener terminado un libro de poemas.



¿Cuándo y dónde empezaste a escribir poemas?

En el cuarto de baño, una tarde de 1997.



¿Ya concebías en aquella época la idea de escribir para ser publicado? ¿o fue más tarde cuando empezaste a contemplar esa posibilidad?

No, no la concebía. Pero siempre he escrito un poema como si pudiera medirse con lo que considero que son buenos poemas, como si tuviera vocación de poema. Aunque luego no la tenga realmente y haya que renunciar a él. Saber renunciar es importante.



En todo caso, ¿para qué ser publicado? ¿Acaso el arte no existe con independencia de su espectador?

Sí que existe, pero el arte está llamado a ser público. Hay un poema muy bueno de Alberto Caeiro que habla de las sensaciones encontradas que uno tiene cuando da a publicar sus poemas.



¿Pero por qué escribir? ¿y por qué poesía?

Se trata de hacer algo, de no dejarse aniquilar por lo que nos rodea. De preguntarse por qué. De abrir una ventana donde no había nada para que otro se acerque y mire, o pase de largo.



Se ha hablado mucho del fin de la civilización, de la pretendida postmodernidad, del sinsentido que se ha apoderado de la producción artística en las sociedades que algunos llaman modernas… ¿es entonces una pretensión de snobs escribir poesía hoy en día? ¿o sigue teniendo el mismo sentido que tuvo siempre, si es que alguna vez lo tuvo?

A mi entender, no son más que términos. Escribir tiene el mismo sentido que ha tenido siempre, pero hay que ser consciente de que uno viene después, de que ya no se puede escribir como nuestros predecesores.



En cuanto a estos términos, modernidad, postmodernidad, ¿qué significan para ti? ¿tienen sentido las categorías historiográficas, detenidas en lo efímero, en lo temporal, cuando se las aplica a las aspiraciones atemporales del arte?

A menudo son etiquetas, excusas para no hablar de poesía. Pereza intelectual. Conformismo.



El jurado que te concedió el accésit dijo por ejemplo de tu poemario que es una obra «con rasgos posmodernistas y un lenguaje muy actual», ¿qué opinas tú de esta descripción? ¿es acertada?

Me parece que hay cosas más interesantes que decir acerca de mis poemas.



¿Lees a los escritores o a los poetas de tiempos pasados, como los del así llamado Siglo de Oro o incluso de la Edad Media? ¿son ellos, como suele decirse en literatura, una fuente de la eterna juventud?

Por supuesto.



Y de la literatura contemporánea en lengua española ¿qué es lo que más lees? ¿novela? ¿ensayo? ¿la prensa? ¿o… poesía?

Sobre todo poesía. También leo prosa, pero tengo grandes lagunas, y prensa, que a veces sorprende donde menos se la espera, a menudo en la sección de deportes o sucesos.



¿Hay algún poeta o poetas por el que tengas o por los que tengas verdadera admiración?

Muchísimos. Me gustaría señalar, entre los poetas del siglo XX, mi profunda admiración por Elizabeth Bishop. Porque encuentra siempre la distancia desde la cual afrontar el poema. Por su profundidad y variedad de tonos. Por su compromiso y libertad (sus poemas, aunque no lo parezca, están entre los más profundamente engagés del siglo). Con el tiempo, uno puede sentirse decepcionado en algún aspecto de los poetas que ama. Algo que jamás me ha ocurrido con Elizabeth Bishop.



Dices que los poetas que admiras son muchísimos... ¿Osarías decir que no han influido en tu obra? Si la respuesta es afirmativa… ¿dónde, en tu poesía, se pone esa influencia de manifiesto?

Han influido. Uno no viene de ninguna parte. Como han influido tantas otras cosas. Vivencias. Lecturas. Vivir en el extranjero. Leer y expresarse en francés o en inglés, dejar, como decía Benjamin, que la lengua extranjera sacuda a la lengua materna, esto me ha influido mucho. Uno es consciente de esa influencia, pero decir en qué consiste o dónde concretamente se pone de manifiesto, me parece bastante más difícil de explicar.



El título de tu poemario está en inglés, es de hecho el título del primer poema del compendio, ¿puedes explicarnos qué es eso de los standards y los benchmarks? ¿o es algo que el poeta no ha de revelar y que el lector debe averiguar por su cuenta?

No soy partidario de explicarlo todo pero standards and benchmarks es un término bastante familiar para mí. Es, en el sistema educativo anglosajón, lo que se supone que el alumno debe aprender al final del año escolar. Son, sencillamente, los poemas contenidos en el libro.



El cristianismo y el islam son verdades reveladas, o al menos así se presentan… ¿sería la poesía una verdad a medio revelar? ¿una musa pudibunda que se esfuma como un soplo de brisa una vez enteramente revelada y de la que por tanto es conveniente conservar una parte de misterio?

Los buenos poemas son los que resisten una y mil lecturas. Los que no se agotan nunca.



¿Son entonces esos poemas tus favoritos, los que conservan su parte de misterio?

Sí.



Los lectores de un libro distribuido en librerías, como lo es tu poemario, tienen acceso a una obra acabada y artificial, en el sentido de que está medida, construida, controlada, compendiada e irremediablemente pensada para convertirse en una publicación, es decir para ser pública, para ser visible, para presentarse a filas ante las consciencias de dios y de los hombres, por decirlo de algún modo. ¿Es esto cierto?

Me parece haber respondido ya a esta pregunta.



¿Qué hay entonces de tus otros poemas, los que esperan ver la luz algún día? ¿porque los tienes, no?¿tienes proyectos para ellos?

Ya he dicho antes que hay poemas a los que he renunciado. Algunos de ellos quizá puedan convertirse en poemas más adelante. En cuanto a los nuevos, espero que puedan formar parte de un libro futuro.



Una pregunta melodramática: si tuvieras que asistir impotente al incendio de todos tus poemas y sólo pudieras salvar uno de las llamas… ¿cuál salvarías?

Algunos de mis poemas me gustan más que otros, pero elegir uno sólo es imposible.



¿Y los poetas alófonos? ¿lees alguno o algunos? ¿los lees en su lengua original o lees traducciones?

Leo a muchos poetas alófonos. Siempre que puedo los leo en su lengua original.



¿Crees que la traducción de poemas de una lengua a otra es legítima o siquiera posible?

Sí, claro, la traducción es legítima, pero el resultado no siempre es bueno. En traducción, como en la escritura, interviene el rigor, el oído, pero también el azar y la creación.



¿Y la traducción a secas? ¿es posible?

Sí. Creo, cada vez más, que casi todo es traducible.



¿No hace la cuestión de la poesía y de su traducción un llamamiento ontológico a lo que es la poesía misma? En otras palabras: ¿son las lenguas naturales (español, francés, inglés, japonés o kinyarwanda, poco importa) la materia bruta que constituye la naturaleza íntima de la poesía? ¿o la poesía es algo más?

Es una pregunta muy difícil. ¿Qué es poesía? ¿Qué es un buen poema? ¿Qué es lo que hace que un poema, independientemente de la lengua en que esté escrito, de que sea o no una traducción, independientemente de la época en que esté escrito, de que sea muy largo o un solo verso, de que esté escrito en metros o formas fijas o en verso libre, sea un buen poema? Es algo bastante misterioso finalmente.



De hecho ¿qué decide sobre lo que iniciará la creación de un poema? ¿cuál es el pistoletazo de salida? ¿una vivencia, un recuerdo? ¿o el poema es como la estatua que, oculta en el mármol desde la noche de los tiempos geológicos, no hace más que esperar a que el artista venga a sacarla de ahí a golpe de cincel?

Se ha dicho que en mi poesía hay anécdotas. A mi entender, no es la anécdota la que desencadena el poema sino el poema el que desencadena la anécdota, el poema que espera a la anécdota para llegar a existir, la anécdota que no marcó más que otra, que no fue más significativa que otra, pero que contenía la promesa de un poema.



En cuanto a París… ¿por qué vivir en París? ¿qué tiene París que no tenga Zaragoza?

Cines.



¿Y qué tiene Zaragoza que no tenga París?

El Pilar.



¿Son ambas ciudades propicias para la poesía? ¿o no tiene importancia el lugar en el que uno vive para que ésta, la musa poesía, pueda surgir de uno mismo?

Sí que tiene importancia. El vivir en un sitio o en otro influye en el poeta, como influye, por otra parte, en la vida de cualquier persona. No creo que haya un lugar propicio para la poesía. Mientras haya talento y lápiz y papel, puede haber poesía.



Por lo que parece Francia ha dejado de producir poetas, o en todo caso no es un país que brille hoy en día por su producción poética, mientras que España sigue conservando una cierta continuidad de su producción poética, desde las raíces de la lengua literaria hispana hasta hoy en día. ¿A qué crees que se debe esta diferencia?

Es algo que me pregunto desde hace tiempo. No sé. En Francia, el listón quedó muy alto a finales del XIX. La poesía francesa hasta la Segunda Guerra Mundial también es muy buena.



¿Ves en España una tierra en la que todavía en siglos venideros seguirán plantadas durablemente y con fuerza -aere perennius- las raíces de la planta poesía?

Me gustaría que así fuera. Una vez tuve una idea para un cuento. Un desastre inexplicable ha dejado la humanidad sin poemas. Unas cuantas personas tratan de recomponerlos de memoria. Algunos consiguen rehacerse íntegramente, otros sólo en parte. Muchos son definitivamente olvidados. Durante el proceso, muchos de los participantes descubren su talento poético y consiguen mejorar, reinventar, algunos de los poemas perdidos.



¿Qué consejos tienes para jóvenes almas infantes o adolescentes que tiemblan ante los versos de su poeta favorito y que sienten en su seno la llama y el deseo de la creación poética?

Que no dejen nunca de cuestionar y cuestionarse.



Por último, Manuel, aquí en AERE PERENNIUS quisiéramos pedirte que nos permitieras la publicación, en nuestras páginas, de uno o dos de tus poemas, ¿podemos pedir tres?

Venga, podéis poner tres.



Gracias, pero dinos, ¿qué poemas eliges entonces?

Puertas, Polen y Guerra civil.



¿Puedes hablar un poco de estos poemas tomado cada uno como caso particular? Los sentimientos que evoca en ti, la razón por la que lo escribiste…

No hay una razón particular por la que haya escrito estos poemas, de no ser la mera necesidad de hacerlo.



Gracias por el tiempo que nos has concedido, Manuel, esperamos con impaciencia tu próximo poemario, que tus lectores, estamos convencidos, disfrutarán tanto o más que Standards and Benchmarks.

Gracias a ti.







Puertas


Abrí puertas corredizas,

dóciles puertas automáticas,

puertas de pensiones baratas

y trampillas en acequias.



Abrí puertas que daban

a una y otra puerta.



Abrí puertas de coches,

metros, baños, ascensores

y aún me intimidan

las puertas giratorias.



Abrí puertas extrañas

y mil veces la misma puerta.



Abrimos o cerramos

una puerta

en un abrir y cerrar de puertas,

abrimos y cerramos puertas.







Polen


No siempre me fío de este cielo

tan azul que parece dañar

las cosas. Árboles, flores, el mar

brillan con insistencia

peligrosa. Todo es plenitud.



Desnudos, enlazados: en paz al fin.

La noche. Nada más

el ruido de dos cosas: tu respiración,

el frigorífico.



Nuestros cuerpos son jóvenes,

a salvo descansan.

Por encima de nosotros

como el polen invisible, resuenan

aún las palabras de la disputa.







Guerra civil


En la casa de la abuela

en la pared de una habitación

una foto enmarcada

mil veces habremos dormido a sus pies

una foto enmarcada

mil veces el primo Sergio

la prima Laura, el primo Jorge

mil veces habremos dormido a sus pies.



Sobre la foto, inolvidables,

estas palabras: Don Juan Carmelo

Peláez González, doctor apóstol,

fundador del refugio sacerdotal,

vilmente asesinado por las hordas

marxistas en Anglí, 60 Sarrià, Barcelona

en julio de 1936.




En julio de 1936.

Una casa, una habitación, una pared

una foto enmarcada

mil veces habremos dormido a sus pies

en cuántas casas

niños como nosotros

no habrán dormido a los pies de fotos,

de reliquias de guerra, mil veces a sus pies.











Puertas, Polen, Guerra civil: poemas extraídos de Standards and Benchmarks y publicados en AERE PERENNIUS con el generoso consentimiento de Manuel Peláez.

El poemario Standards and Benchmarks es una publicación de la editorial Aqua, febrero de 2010, 56 páginas, 15x21 cm, rústica, ISBN: 978-84-92903-01-6








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